¿Qué pasa si me extraigo leche con un sacaleches?
Existe la posibilidad de que la compra de un sacaleches no estuviera entre tus prioridades
durante del embarazo y déjanos decirte que ello entraría dentro de la normalidad. No en vano,
cuando pensamos en la lactancia materna se nos viene a la mente la imagen de la mamá con el bebé
en su regazo, pero hay excepciones y vamos a contártelas.
¿Qué es un sacaleches y cómo funciona?
Ante todo queremos prevenirte pues, si eres madre primeriza, es más que probable que no estés en
absoluto familiarizada con este tipo de accesorio y mucho menos con su funcionamiento.
Creemos conveniente, por aquello de no comenzar la casa por el tejado, que lo primero es explicar
qué es un extractor de leche.
Pues bien, se trata de un dispositivo que te permitirá extraer y almacenar la leche
materna, reservándola para que el bebé la tome un poco más tarde e incluso congelándola, y
que además te servirá de ayuda para seguir produciendo leche de modo regular.
El funcionamiento del sacaleches en sí es de lo más sencillo. En líneas generales, se trata de colocar
el pezón en el centro del protector o copa del aparato. Una vez que la extracción comience, es
importante que haya una pequeña cantidad de aire alrededor del pezón.
Durante los 10-15 primeros segundos, puede que notes una ligera incomodidad, ya que los pezones
comenzarán a estirarse, si bien los modernos sacaleches cuentan con un sistema de estimulación
del pezón previo, que simula la succión del bebé y que se destina a hacer la extracción mucho más
llevadera.
Una vez la leche comience a fluir, es posible que sientas un ligero hormigueo pero, lo que podemos
garantizarte es que, con una experiencia óptima de extracción, no vas a sentir dolor alguno.
¿Cuándo conviene utilizar un extractor de leche?
Ya lo decíamos al principio. Aunque la idea del sacaleches puede que no estuviera en tu cabeza, las
necesidades del día a día son las que terminan por sugerir la necesidad de su utilización.